Celebra la fiesta de Cristo Rey aceptando el llamado a ser su amigo
Unidos a toda la Iglesia, este 21 de noviembre celebramos la solemnidad de Cristo Rey. Este año, nuestra familia espiritual celebra también la inauguración del jubileo por los 50 años del ECYD, el carisma del Regnum Christi vivido por los adolescentes. Para ayudarte a preparar tu corazón para esta fiesta, te invitamos a vivir una amistad personal con Cristo, que nos llama a ser sus amigos y apóstoles, y a hacer presente su Reino en nuestros corazones, en los de los demás y en el mundo entero. Para ello, te ofrecemos una serie de recursos:
Carta del Colegio Directivo General para la Solemnidad de Cristo Rey en el marco del 50° aniversario del ECYD
Novena de preparación y kit con imágenes para redes sociales (del 12 al 20 de noviembre)
Ensayo “La alianza de amistad con Cristo y entre nosotros. El ECYD: el carisma del Regnum Christi vivido por los adolescentes”
Cristo Rey, amigo,
nos sale al encuentro
Oración inicial
Jesucristo, al prepararnos para celebrar tu fiesta como Rey del universo, queremos aceptar la invitación que nos haces de ser tus amigos para que reines en nuestro corazón y en el mundo entero.
«En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados» (1 Jn. 4, 10).
El Dios de los cristianos es el Dios del encuentro, el Dios que se hizo hombre para vivir junto a nosotros, en nuestra realidad. Es el Dios que revela su Nombre, que muestra su rostro, que toma un cuerpo; el Dios que quiere entrar en relación y nos creó capaces de diálogo y comunión con Él. Por eso nos busca y no se resigna a permanecer lejano y desconocido.
Jesucristo, Tú nos has amado primero y sales cada día a nuestro encuentro porque quieres ser nuestro amigo, sin que hayamos hecho nada para merecerlo. Te pedimos la gracia de dejarnos encontrar por tu amor y de salir también nosotros al encuentro de quienes nos necesiten.
Oración final
Jesucristo, Rey y Señor nuestro, gozosos porque somos tuyos y porque nos has llamado para compartir con nosotros los ideales más queridos y grandes de tu corazón, venimos a hacer una alianza de amistad contigo, correspondiendo al amor que tú nos brindas.
Tuyos somos Señor y tuyos queremos ser. Te ofrecemos nuestras vidas para que todos los hombres te conozcan, te amen y así puedas reinar en sus corazones.
Solos nada podemos, Señor, pero sabemos que estás siempre con nosotros y nos das la bendición de tu Madre Santísima, que es también madre nuestra. En su presencia y bajo su amparo, te entregamos, Señor, nuestra vida y fidelidad.
Cristo Rey, Amigo, ¡ven a reinar en nuestros corazones y en el mundo entero!
Cristo Rey, amigo,
nos mira con amor
Oración inicial
Jesucristo, al prepararnos para celebrar tu fiesta como Rey del universo, queremos aceptar la invitación que nos haces de ser tus amigos para que reines en nuestro corazón y en el mundo entero.
«Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más» (Jn. 8, 10-11).
«La mirada de Jesús va más allá de los pecados y los prejuicios (…) no se detiene en las apariencias, sino que mira al corazón». Papa Francisco, Angelus 30 /10/2016.
La mirada de Jesús cambia la vida. Nos permite reconocer que somos valiosos y dignos. Nos sana, nos transforma, nos hace crecer. Bajo esta mirada amorosa de Dios, el ser humano puede descubrir su propia identidad y así ser cada vez más auténticamente “él mismo”.
Jesucristo, en tus ojos misericordiosos descubrimos que somos hijos muy amados y que nos acoges tal cual somos. Te pedimos la gracia de aprender también nosotros a mirar a los demás con tu mirada de amor.
Oración final
Jesucristo, Rey y Señor nuestro, gozosos porque somos tuyos y porque nos has llamado para compartir con nosotros los ideales más queridos y grandes de tu corazón, venimos a hacer una alianza de amistad contigo, correspondiendo al amor que tú nos brindas.
Tuyos somos Señor y tuyos queremos ser. Te ofrecemos nuestras vidas para que todos los hombres te conozcan, te amen y así puedas reinar en sus corazones.
Solos nada podemos, Señor, pero sabemos que estás siempre con nosotros y nos das la bendición de tu Madre Santísima, que es también madre nuestra. En su presencia y bajo su amparo, te entregamos, Señor, nuestra vida y fidelidad.
Cristo Rey, Amigo, ¡ven a reinar en nuestros corazones y en el mundo entero!
Cristo Rey, amigo,
nos llama por nuestro su nombre
Oración inicial
Jesucristo, al prepararnos para celebrar tu fiesta como Rey del universo, queremos aceptar la invitación que nos haces de ser tus amigos para que reines en nuestro corazón y en el mundo entero.
«Llegando al lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: —Zaqueo, baja en seguida. Tengo que quedarme hoy en tu casa» (Lc. 19, 5).
“Cada uno de nosotros es una historia de amor de Dios. Él nos llama a cada uno de nosotros por nuestro propio nombre, nos mira, nos espera, nos perdona, tiene paciencia con nosotros”. Papa Francisco, Audiencia general 17/05/2017
Como lo hizo con Zaqueo, con María Magdalena, con sus apóstoles, Jesús llama a cada uno por su nombre para hacer una alianza de amistad, para darnos una misión. El nombre es imagen de la persona. El llamar por el nombre denota el conocimiento íntimo y profundo que Dios tiene de cada uno*. La amistad con Cristo es siempre una relación personal. En medio de la realidad en la que vivimos, Jesús pronuncia nuestro nombre, nos llama amigos y nos invita a conocerlo, a compartir la vida con Él.
Jesucristo, al llamarnos por nuestro nombre nos muestras que no somos indiferentes ni extraños para ti, y esta cercanía nos impulsa a salir de nosotros mismos para seguirte. Concédenos la gracia de conocerte cada día más y de pronunciar tu nombre con nuestra vida, para que seas tú quien obre en nosotros.
Oración final
Jesucristo, Rey y Señor nuestro, gozosos porque somos tuyos y porque nos has llamado para compartir con nosotros los ideales más queridos y grandes de tu corazón, venimos a hacer una alianza de amistad contigo, correspondiendo al amor que tú nos brindas.
Tuyos somos Señor y tuyos queremos ser. Te ofrecemos nuestras vidas para que todos los hombres te conozcan, te amen y así puedas reinar en sus corazones.
Solos nada podemos, Señor, pero sabemos que estás siempre con nosotros y nos das la bendición de tu Madre Santísima, que es también madre nuestra. En su presencia y bajo su amparo, te entregamos, Señor, nuestra vida y fidelidad.
Cristo Rey, Amigo, ¡ven a reinar en nuestros corazones y en el mundo entero!
*Catecismo de la Iglesia Católica, 2158
Cristo Rey, amigo,
nos invita a una relación de amistad con Él
Oración inicial
Jesucristo, al prepararnos para celebrar tu fiesta como Rey del universo, queremos aceptar la invitación que nos haces de ser tus amigos para que reines en nuestro corazón y en el mundo entero.
«Los he llamado amigos” (Jn 15,15).
«Es tan importante la amistad que Jesús mismo se presenta como amigo: «Ya no los llamo siervos, los llamo amigos» (Jn 15,15). Por la gracia que Él nos regala, somos elevados de tal manera que somos realmente amigos suyos. Con el mismo amor que Él derrama en nosotros podemos amarlo, llevando su amor a los demás, con la esperanza de que también ellos encontrarán su puesto en la comunidad de amistad fundada por Jesucristo». Papa Francisco. Christus Vivit, 153.
En esta relación de amistad, el ser humano experimenta que puede amar porque ha sido amado primero (cf. 1Jn 4,19) y ha sido llamado por Dios en lo íntimo de su corazón a corresponder a ese amor.
Señor Jesús, tú sales a nuestro encuentro porque quieres ser nuestro amigo. Nos llamas, nos eliges, nos prometes tu Reino, nos invitas a seguirte. Ayúdanos a decirte siempre “sí” a esta invitación y a dejarte entrar en nuestro corazón para que, haciendo crecer cada día esa amistad, puedas derramar en nosotros tu propia vida.
Oración final
Jesucristo, Rey y Señor nuestro, gozosos porque somos tuyos y porque nos has llamado para compartir con nosotros los ideales más queridos y grandes de tu corazón, venimos a hacer una alianza de amistad contigo, correspondiendo al amor que tú nos brindas.
Tuyos somos Señor y tuyos queremos ser. Te ofrecemos nuestras vidas para que todos los hombres te conozcan, te amen y así puedas reinar en sus corazones.
Solos nada podemos, Señor, pero sabemos que estás siempre con nosotros y nos das la bendición de tu Madre Santísima, que es también madre nuestra. En su presencia y bajo su amparo, te entregamos, Señor, nuestra vida y fidelidad.
Cristo Rey, Amigo, ¡ven a reinar en nuestros corazones y en el mundo entero!
Cristo Rey, amigo,
nos revela los tesoros de su corazón
Oración inicial
Jesucristo, al prepararnos para celebrar tu fiesta como Rey del universo, queremos aceptar la invitación que nos haces de ser tus amigos para que reines en nuestro corazón y en el mundo entero.
«Los he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído de Mi Padre» (Jn 15. 15).
Jesucristo nos ha llamado amigos y ha querido compartir con nosotros los ideales más queridos y grandes de Su Corazón. En el Corazón de Cristo, eso es lo que somos: sus amigos. Y es eso también lo que quiere ser Él para cada uno de nosotros. A través de este Corazón -humano y divino- podemos adentrarnos en el corazón de Dios, que es manso, que es humilde, que es misericordioso; que está lleno de ternura por nosotros y quiere establecer su Reino de amor en nuestros corazones.
Señor Jesús, así como Tú permaneces en el Padre, ayúdanos a permanecer siempre unidos a ti de tal forma que tu ley quede grabada en nuestro corazón y seamos testigos de tu amor.
Oración final
Jesucristo, Rey y Señor nuestro, gozosos porque somos tuyos y porque nos has llamado para compartir con nosotros los ideales más queridos y grandes de tu corazón, venimos a hacer una alianza de amistad contigo, correspondiendo al amor que tú nos brindas.
Tuyos somos Señor y tuyos queremos ser. Te ofrecemos nuestras vidas para que todos los hombres te conozcan, te amen y así puedas reinar en sus corazones.
Solos nada podemos, Señor, pero sabemos que estás siempre con nosotros y nos das la bendición de tu Madre Santísima, que es también madre nuestra. En su presencia y bajo su amparo, te entregamos, Señor, nuestra vida y fidelidad.
Cristo Rey, Amigo, ¡ven a reinar en nuestros corazones y en el mundo entero!
Cristo Rey, amigo,
nos invita a ser amigos entre nosotros
Oración inicial
Jesucristo, al prepararnos para celebrar tu fiesta como Rey del universo, queremos aceptar la invitación que nos haces de ser tus amigos para que reines en nuestro corazón y en el mundo entero.
«Un mandamiento nuevo les doy: Que se amen unos a otros. Así como Yo los he amado, ámense también ustedes unos a otros.» (Jn. 13, 34).
La amistad con Cristo es contagiosa. Ser amigos de Cristo nos lleva a ser amigos en Cristo los unos con los otros.
“Amor a Dios y amor al prójimo son inseparables, son un único mandamiento. Pero ambos viven del amor que viene de Dios, que nos ha amado primero. Así, pues, no se trata ya de un «mandamiento» externo que nos impone lo imposible, sino de una experiencia de amor nacida desde dentro, un amor que por su propia naturaleza ha de ser ulteriormente comunicado a otros. El amor crece a través del amor. El amor es «divino» porque proviene de Dios y a Dios nos une y, mediante este proceso unificador, nos transforma en un Nosotros, que supera nuestras divisiones y nos convierte en una sola cosa, hasta que al final Dios sea «todo para todos» (cf. 1 Co 15, 28)”. Benedicto XVI, Deus caritas est, 18.
Jesucristo, ayúdanos a experimentar tu amor, para que -sabiéndonos profundamente amados por ti- irradiemos este amor a quienes nos rodean y salgamos al encuentro de nuestros hermanos como buenos samaritanos.
Oración final
Jesucristo, Rey y Señor nuestro, gozosos porque somos tuyos y porque nos has llamado para compartir con nosotros los ideales más queridos y grandes de tu corazón, venimos a hacer una alianza de amistad contigo, correspondiendo al amor que tú nos brindas.
Tuyos somos Señor y tuyos queremos ser. Te ofrecemos nuestras vidas para que todos los hombres te conozcan, te amen y así puedas reinar en sus corazones.
Solos nada podemos, Señor, pero sabemos que estás siempre con nosotros y nos das la bendición de tu Madre Santísima, que es también madre nuestra. En su presencia y bajo su amparo, te entregamos, Señor, nuestra vida y fidelidad.
Cristo Rey, Amigo, ¡ven a reinar en nuestros corazones y en el mundo entero!
Cristo Rey, amigo,
nos transforma
Oración inicial
Jesucristo, al prepararnos para celebrar tu fiesta como Rey del universo, queremos aceptar la invitación que nos haces de ser tus amigos para que reines en nuestro corazón y en el mundo entero.
«Yo hago nuevas todas las cosas» (Ap 21,5).
«Al darnos Jesús el nuevo mandamiento, nos pide que nos amemos no solo y no tanto con nuestro amor, sino con el suyo, que el Espíritu Santo infunde en nuestros corazones si lo invocamos con fe». Papa Francisco, Regina Coeli 19/05/2019
Es el amor de Jesús lo que nos transforma, lo que nos cambia la vida y nos hace capaces de salir de nosotros mismos para entregarnos a los demás como Él lo hizo por nosotros. Por ello, la transformación del mundo empieza por el propio corazón. Quien ha dejado a Cristo reinar en su corazón, se transforma y transforma el mundo que le rodea.
Jesús, tu amistad nos hace bien, tu amor nos transforma. Te entregamos nuestro corazón para que lo renueves y seas Tú quien habite en nosotros.
Oración final
Jesucristo, Rey y Señor nuestro, gozosos porque somos tuyos y porque nos has llamado para compartir con nosotros los ideales más queridos y grandes de tu corazón, venimos a hacer una alianza de amistad contigo, correspondiendo al amor que tú nos brindas.
Tuyos somos Señor y tuyos queremos ser. Te ofrecemos nuestras vidas para que todos los hombres te conozcan, te amen y así puedas reinar en sus corazones.
Solos nada podemos, Señor, pero sabemos que estás siempre con nosotros y nos das la bendición de tu Madre Santísima, que es también madre nuestra. En su presencia y bajo su amparo, te entregamos, Señor, nuestra vida y fidelidad.
Cristo Rey, Amigo, ¡ven a reinar en nuestros corazones y en el mundo entero!
Cristo Rey, amigo,
nos envía
Oración inicial
Jesucristo, al prepararnos para celebrar tu fiesta como Rey del universo, queremos aceptar la invitación que nos haces de ser tus amigos para que reines en nuestro corazón y en el mundo entero.
«No me eligieron ustedes a mí, sino que yo los elegí a ustedes, y los he destinado para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca» (Jn, 15, 16).
“Cristo invita a todos a «ir» al encuentro de los demás, nos envía, nos pide que nos movamos para llevar la alegría del Evangelio”. Papa Francisco, Audiencia general 16/10/2013
Ser amigo de Jesús es ser discípulo, acoger la invitación a seguirle. Sin embargo, nadie puede decir que es discípulo, si no es también apóstol, es decir testigo. Como sucedió con los primeros discípulos y con todos los santos, quien se ha encontrado con Jesucristo, no permanece indiferente. El encuentro con el Señor conmueve, transforma y pone en movimiento.
Jesucristo, tú nos llamas, pero también nos envías, ayúdanos a ser testigos fieles de tu Palabra para que la alegría de tu Reino llegue a todos los hombres.
Oración final
Jesucristo, Rey y Señor nuestro, gozosos porque somos tuyos y porque nos has llamado para compartir con nosotros los ideales más queridos y grandes de tu corazón, venimos a hacer una alianza de amistad contigo, correspondiendo al amor que tú nos brindas.
Tuyos somos Señor y tuyos queremos ser. Te ofrecemos nuestras vidas para que todos los hombres te conozcan, te amen y así puedas reinar en sus corazones.
Solos nada podemos, Señor, pero sabemos que estás siempre con nosotros y nos das la bendición de tu Madre Santísima, que es también madre nuestra. En su presencia y bajo su amparo, te entregamos, Señor, nuestra vida y fidelidad.
Cristo Rey, Amigo, ¡ven a reinar en nuestros corazones y en el mundo entero!
Cristo Rey, amigo,
da su vida para salvarnos
Oración inicial
Jesucristo, al prepararnos para celebrar tu fiesta como Rey del universo, queremos aceptar la invitación que nos haces de ser tus amigos para que reines en nuestro corazón y en el mundo entero.
«Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos». (Jn 15, 13).
«Jesús se ha revelado como rey en la Cruz. Quien mira la Cruz de Cristo no puede dejar de ver la sorprendente gratuidad del amor. Hablar de potencia y de fuerza, para el cristiano, significa hacer referencia a la potencia de la Cruz y en la fuerza del amor de Jesús (…) La fuerza del reino de Cristo es el amor, por esto la realización de Jesús no nos oprime, sino que nos libera de nuestras debilidades y miserias, animándonos a recorrer el camino del bien, de la reconciliación y del perdón. Cristo es un rey que no nos domina, no nos trata como súbditos, sino que nos eleva a su misma dignidad. Él nos hace reinar con Él (…) Pero reinar como Él significa servir a Dios y a los hermanos; un servicio que surge del amor. Servir por amor es reinar: esta es la realización de Jesús». Papa Francisco, Angelus 22/11/2015
Jesucristo, Rey del universo, tú eres la nueva alianza con la cual Dios se hace uno con la humanidad, nos convierte en su familia, nos abraza y escribe su ley en nuestros corazones. Tú eres el cordero que se entrega por nuestros pecados, el Amigo que da la vida por sus amigos para salvarnos. En ti creemos Señor y en ti queremos permanecer, danos la gracia de ser testigos fieles para hacer presente tu reino de amor en nuestros corazones, en los de los hombres y en la sociedad.
Oración final
Jesucristo, Rey y Señor nuestro, gozosos porque somos tuyos y porque nos has llamado para compartir con nosotros los ideales más queridos y grandes de tu corazón, venimos a hacer una alianza de amistad contigo, correspondiendo al amor que tú nos brindas.
Tuyos somos Señor y tuyos queremos ser. Te ofrecemos nuestras vidas para que todos los hombres te conozcan, te amen y así puedas reinar en sus corazones.
Solos nada podemos, Señor, pero sabemos que estás siempre con nosotros y nos das la bendición de tu Madre Santísima, que es también madre nuestra. En su presencia y bajo su amparo, te entregamos, Señor, nuestra vida y fidelidad.
Cristo Rey, Amigo, ¡ven a reinar en nuestros corazones y en el mundo entero!
Para cada día de la novena hemos preparado una imagen con una característica de Cristo amigo, una frase que la desarrolla y una invitación a llevarlo a la práctica en tu vida.