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Cursillo nacional de señoras en Venezuela: «En los sacramentos y en la escritura están las palabras y caricias de amor que tanto necesitamos».
Del 6 al 9 de febrero, más de 60 señoras del Regnum Christi de Caracas y Barquisimeto participaron en el cursillo nacional de señoras «La voz de la escritura para ser luz en el mundo de hoy», un espacio de aprendizaje, renovación y crecimiento en la fe guiado por Taís Gea, consagrada del Regnum Christi mexicana, doctora en Teología bíblica, iconografista y directora del apostolado Bet Tefilá, que ofrece contenido formativo en los campos de la oración, la Palabra de Dios y el arte.
A través de una expresión artística las señoras pudieron plasmar su misión de vida
A través de diversas charlas y talleres, a la luz de las Sagradas Escrituras, las participantes pudieron profundizar en su identidad como discípulas amadas de Jesús, reconocer sus talentos personales y entender mejor su misión particular. «El cursillo abrió muchas puertas en mi corazón -comentó una de las participantes-, quizá la más importante fue una nueva dimensión en mi relación con Jesús: me sabia amada, pero lejana. Ahora siento que puedo amar a Jesús sin sentirme pobre criatura, siendo digna de amarlo porque soy su “discípulo amado”».
Algo semejante le ocurrió a Rocely, de Barquisimeto, quien pudo experimentar muy vivamente el abrazo amoroso de Jesús en un momento de gran inquietud. La historia de este abrazo pone en evidencia la acción del Espíritu Santo, pues fue precisamente otra participante de Barquisimeto, Daniela, quien, mientras atendía una de las charlas sintió una voz en su interior que le decía: “¡Abraza a Rocely y dile: Jesús te ama! Al momento del abrazo la sorpresa fue para ambas. Rocely extrañada de recibir este mensaje en el momento que más lo necesitaba y Daniela por saberse instrumento inesperado del amor de Dios.
Experimentar las caricias de Dios
Durante estos días, las asistentes vivieron momentos de oración, reflexión y fraternidad. A través de la Palabra de Dios, encontraron respuesta a sus inquietudes y fortaleza para su vida cotidiana. «Me traje un mensaje lindo de Dios: buscar su amor en el evangelio. En los sacramentos y en la escritura están las palabras y caricias de amor que tanto necesitamos», expresó otra de las participantes, evidenciando el impacto que tuvo el cursillo en su vida espiritual.
«Mi experiencia de poder estar en el cursillo con las señoras en Venezuela fue la de encontrar corazones sedientos y deseosos de conocer a Dios a través de la oración y a través de las escrituras. Personas con una profunda vida de oración y vida espiritual que buscan crecer para poder ser mensajeros de Dios, enviados, apóstoles para dar a conocer de manera cada vez más profunda el amor de Dios en su país, que está en un profundo sufrimiento y dolor, para poder ser consuelo y luz para todas las personas que les rodean».Taís Gea
Entre testimonios, momentos de reflexión y un ambiente de hermandad, el cursillo dejó en cada una de las asistentes el compromiso de llevar la «buena noticia» a sus comunidades, siendo testimonio vivo del amor y la gracia de Dios.«Gracias a este cursillo pude escuchar la voz de Jesús en las escrituras, En ellas pude ver y sentir que para ser luz en el mundo solo necesito darle mi disponibilidad, decirle como Isaías: ¡aquí estoy yo, envíame a mí!»
