Dios conduce la vida de sus hijos con mucho amor y paciencia
Testimonio del P. Juan Carlos Durán, LC tras su participación en el cursillo “Llamados a vivir en plenitud”
A lo largo de este cursillo, así como en los meses previos, pude experimentar la acción de Dios que nos dispone para las sorpresas que Él mismo nos tiene preparadas.
Este cursillo ha sido un espacio de renovación y restablecimiento. A través de él, Dios ha podido reestablecer una certeza en el Regnum Christi como una familia a través de la cual pasa la vida y el amor de Cristo. También fue un momento de renovación por la oportunidad que tuve de encontrar miradas que desde la labor como director o administrador podía ver, pero sin llegar a entender la profundidad de esa vocación compartida.
Previo a este tiempo puede colaborar con una consagrada y con una señora del Regnum Christi en un retiro espiritual de sanación para varias jóvenes, en ese momento se hizo evidente la mano de Dios, pues la comunión que vivimos allí trascendió los criterios que tenía hasta entonces y pudimos vivir como familia algo que desde hace unos años había compartido con un sacerdote diocesano: la vida en el Espíritu Santo y el rol del sacerdote como canal para la vida sobrenatural.
Se podrá pensar que como sacerdote es lo que vivía, pero todo esto ha sido el inicio de una renovación que me ha llevado al valor profundo de la oración, de la comunión y también a reconocer ciertos errores que puede cometer como director.
Orar en familia ha sido liberador, y saber que uno no lleva la misión solo, como un gestor; descubrir el valor de las consagradas en el ministerio sacerdotal, y qué decir de los laicos, a través de quienes Dios actúa visible y palpablemente. Por ello siento que Dios busca sanar mi vida y muchas situaciones personales, y se apoya de todo el Regnum Christi, creo que también lo quiere hacer en la vida de otras personas a través del ministerio que Dios nos confía. El Espíritu Santo obra y deja sus colores en nuestras almas.