Domingo 16 de enero de 2022 – «Es vino lo que necesito, no agua»

Erick Flores, LC

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Hola, Jesús, me pongo en tu presencia. Quiero dedicar estos minutos para estar contigo. Espíritu Santo, ilumina mi mente y corazón para que tu Palabra resuene en mi interior y pueda decirte aquello que más conviene.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Juan 2, 1-11
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No les queda vino». Jesús le contestó: «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora». Su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él diga» Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Llenar las tinaja de agua es una frase que me ha llamado la atención esta vez. Si lo que falta es el vino, no se hicieron bien los cálculos o más bien fue que no se esperaba a tantos invitados. El vino es símbolo de la alegría, se acaba y es verdad que es como aquella alegría humana que por un momento está encendida en nuestra vida, pero que con el tiempo se apaga.

María es una mujer audaz que busca salir al encuentro del necesitado, María es quien sabe colaborar con la gracia de Dios, María busca consolar a la persona que tiene miedo, al triste, al hambriento y al que sufre injusticia. María reconoce, ve en Jesús la respuesta ante aquello que nos quita las fuerzas y el deseo de vivir. María ve en Jesús la respuesta no de una humanidad ilusa, abstracta o de sueño, sino de una persona que hoy necesita de la Providencia. Todos nosotros tenemos a una Madre que nos presenta a su Hijo. Ella es imagen del amor de Dios Padre, quien nos ama tanto que nos envía a su Hijo.

Entonces, se termina la alegría humana que surge por tantas causas. Dios sabe que eso se termina y que llegarán momentos más difíciles. Es en ese momento, cuando se acerca y nos pide llenar los recipientes con agua. Yo quizá me enfadaría y le diría: ¡Lo que necesitan es vino, no agua! Aunque no fue la actitud que encontramos en el Evangelio. Ellos hicieron lo que se les dijo, llenaron las tinajas hasta los bordes.

Para concluir, dediquemos un tiempo para platicar con Jesús. Si estás sufriendo: ora; si estás alegre: canta salmos. En este momento llena el corazón de Cristo con el agua de aquello que llevas en tu interior, intenta llenar el corazón de Cristo. Es Cristo quien presenta todo eso al Padre misericordioso. Sigue viendo cómo Dios al tocar esa bebida tuya, la convierte en alegría. Esa alegría que no se compara con los bienes del mundo. Esa alegría que sólo está en Él, que es bueno y todo poderoso.

«Dando inicio a su ministerio público en las bodas de Caná, Jesús se manifiesta como el esposo del pueblo de Dios, anunciado por los profetas, y nos revela la profundidad de la relación que nos une a Él: es una nueva Alianza de amor. ¿Qué hay en el fundamento de nuestra fe? Un acto de misericordia con el cual Jesús nos unió a Él. Y la vida cristiana es la respuesta a este amor, es como la historia de dos enamorados. Dios y el hombre se encuentran, se buscan, están juntos, se celebran y se aman: precisamente como el amado y la amada en el Cantar de los cantares. Todo lo demás surge como consecuencia de esta relación. La Iglesia es la familia de Jesús en la cual se derrama su amor; es este amor que la Iglesia cuida y quiere donar a todos». (S.S. Francisco, Catequesis del 8 de junio de 2016).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy, durante el trabajo, haré una pequeña pausa de un par de minutos para ofrecerle a Dios lo que estoy haciendo.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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