«El Espíritu pasa a tu lado como una brisa, pero genera cambios como un huracán». Ejercicios espirituales para señoras en Panamá.

Durante la década de 1530, San Ignacio de Loyola comenzó a plasmar en palabras las emociones que experimentaba mientras profundizaba en las Escrituras. Estas reflexiones se convirtieron con el tiempo en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, publicados por primera vez en 1548. Hoy, 476 años después, un grupo de 30 señoras del Regnum Christi en Panamá decidió dedicarse un tiempo para encontrarse con Jesús en silencio y abrir sus corazones a lo que Él quería revelarles. Del jueves 10 al domingo 13 de octubre, el Padre José Ignacio Pernía LC, el Padre Ignacio Jordán LC y la consagrada Mercedes Madrigal dirigieron y acompañaron a estas mujeres en un espacio lleno de paz y encuentro profundo con el amor de Dios. 

En palabras de Paulina Castillo, estos Ejercicios Espirituales no solo fueron un espacio de silencio, sino también una lección de «Pastoral de la presencia.» A pesar de no conocer a nadie y de no poder comunicarse libremente, Paulina se sintió acogida: «Con una palmada en el hombro, una sonrisa, un guiño o una mirada amable, mis compañeras me hicieron sentir acompañada. Sin necesidad de palabras, fueron para mí imagen de Cristo: amables, cercanas, amorosas».

Para Susie Vallarino, estos días de Ejercicios Espirituales revelaron una verdad esencial en su vida: «El Espíritu Santo me mostró que debía comprender que Dios me ama profundamente y que debo amarme tanto como Él me ama. Es hora de tomar en serio ese amor, de darme el lugar que Él tiene para mí, como la niña de sus ojos, y trabajar con confianza en su reino». 

Melisa De Steer, quien asistió a los Ejercicios Espirituales por tercera vez, experimentó una vez más la sorpresa transformadora del Espíritu Santo: «El Espíritu pasa a tu lado como una brisa, pero genera cambios como un huracán. Avanzando a la luz de la Palabra por la vida de Jesús, descubrí cuánto me ama y lo que puede hacer por mí si solo le permito ser parte de mi vida». Al final, ella renovó su compromiso de amar a Jesús con profundidad y sentido. 

30 señoras de Panamá dedicaron unos días al silencio y la oración.

Este fin de semana de Ejercicios Espirituales permitió a estas mujeres encontrar consuelo, renovar su fe y descubrir, en la quietud y el acompañamiento de sus guías, la inmensidad del amor de Dios que las impulsa a seguir adelante en su misión de vida. 

 

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