Entrevista al H. Fernando Castro L.C por su próxima ordenación diaconal: «Cristo nos llama y pide también renuncia, pero una renuncia para ganarlo todo, ganarlo a Él»

El próximo 6 de julio H. Fernando Castro y  el H.Alfonso Leon Sánchez serán ordenados diáconos en Duitama, Colombia por Monseñor Marco Antonio Merchán, obispo de Neiva. La ceremonia tendrá lugar  en  la Catedral San Lorenzo Martir a las 12 p.m. hora de Colombia y será transmitida en vivo por el perfil de Facebook de la Catedral  del Duitama.

En esta entrevista, el H. Fernando nos cuenta sobre su vocación y su vida. 

Nació en Duitama, Colombia, el 23 de diciembre de 1993. Proviene de una familia de seis hijos. Una de sus hermanas es religiosa dominica de la presentación. Estudió Humanidades, en Monterrey y Filosofía y Teología en Roma. Hizo prácticas apostólicas en el Noviciado en Caracas y como instructor de formación en el Irish de Monterrey y en el ECYD de esta ciudad. Actualmente se desempeña como auxiliar del ECYD en Palermo, Italia.

¿Qué lo llevó a pensar en ser sacerdote?

Desde pequeño siempre tuve un deseo fuerte de ser sacerdote. En parte fue gracias al ejemplo de dos sacerdotes: uno era el párroco de la Iglesia en la que ayudaba como acólito, este sacerdote era una persona que me edificó mucho: su carisma, alegría, ayuda a los demás. El segundo sacerdote era el P. José Meléndez, que fue el primer legionario que conocí. Me impactó mucho su ejemplo, su alegría, su amor por la misión

¿Cómo fue su “sí” al Señor?

Fue en el segundo año de noviciado en el que pude sentir a Dios de una manera muy viva y personal. Fue después de una fuerte crisis, pero fue allí donde sentí su amor incondicional y su presencia y donde decidí darle el «sí » a su llamada. Un amor que no podía tener solo para mí mismo sino que quería llevarlo también a los demás!

¿Qué papel juega la familia del Regnum Christi en su experiencia vocacional?

Ha sido una gran familia que me ha hecho valorar lo que es la riqueza y complemento de cada vocación. Como cada una de ellas es un don, y juntos con el mismo carisma poder hacer crecer el Reino de Cristo en el mundo.

¿Cómo quiere que sea su sacerdocio? 

Misericordia

¿Qué ha sido lo que más le ha ayudado en su vocación?

Las amistades han sido clave para mi perseverancia. El poder tener personas que sean luz en tu vida y que a través de su palabra, consejo y compañía te ayuden en los momentos buenos como difíciles. Y sin lugar a duda la oración, ese momento de encuentro íntimo con el Amor.

¿Qué le diría a un joven que está discerniendo si Dios le llama a la vida consagrada?

Le diría que en primer lugar se enamore y se deje enamorar por Cristo. Esto es lo más importante y el centro de la vida religiosa. De esto depende todo. Luego tienes que estar dispuesto a todo, Cristo nos llama y pide también renuncia, pero una renuncia para ganarlo todo, para ganarlo a Él. El mundo tiene mucha necesidad de Dios y qué hermoso poder ser sus instrumentos para que más personas lo amen.


¿Cuál es su pasaje favorito del evangelio?

“Todo lo puedo en Aquel que me conforta”. (Filipenses 4,13)

¿Qué le motiva en este paso hacia el diaconado?

Me motiva principalmente poder configurarme más con Jesús, especialmente en el servicio y el amor a los demás.

Una intención para orar por usted…

Que pueda seguir amando a Jesús sin límites y transmitirlo a las personas que Dios me ha confiado y seguirá poniendo en mi vida.

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