«Sentí la paz indescriptible de su amor». Ejercicios espirituales en Bogotá y el Eje Cafetero
Durante el fin de semana de todos los santos, 30 jóvenes de la sección masculina de Bogotá y 23 mujeres de la sección de jóvenes y adultos del Eje Cafetero dedicaron unos días a vivir una experiencia transformadora de silencio, oración y encuentro con la palabra de Dios en los ejercicios espirituales Ignacianos. Alejados del ruido cotidiano, estos días les permitieron un encuentro profundo con Cristo y la oportunidad de experimentar momentos de gracia y renovación espiritual.
Sofía Calle del Eje Cafetero, compartió cómo experimentó el Reino de Cristo en medio de esta experiencia: «El momento que más marcó mi corazón fue frente al Santísimo, cuando comprendí que la muerte ha sido vencida y que su amor es una fuente inagotable de agua viva. Sentí que Su amor llenaba cada rincón de mi vida, renovando mis fuerzas y dándome una paz indescriptible». Para Sofía, esta vivencia no fue solo una reflexión personal, sino un encuentro compartido, donde cada gesto y cada mirada parecían reflejar la presencia de Cristo.
Diana López Ramírez, en sus segundos ejercicios espirituales, vivió de manera especial cada actividad. «Fue un encuentro íntimo, donde me sentí completamente aceptada y amada cuando frente al crucifijo de la capilla, donde su rostro inclinado me transmitía un mensaje claro: ¡Fue por ti, porque te amo!». Para Diana, estos encuentros fueron momentos de redención y paz, donde el amor de Cristo sanaba su alma.
Para Paola Cortés, quien participó por tercera vez en estos ejercicios, hubo momentos de especial encuentro con Dios: «En una charla sobre el Espíritu Santo, cuando sentí una certeza profunda de que el Espíritu de Dios habita en mi corazón. En ese instante, entendí que, con Él, todo lo que antes me parecía imposible se vuelve posible. Fue una alegría apacible y llena de esperanza». Estos momentos, para Paola, fueron manifestaciones claras dela presencia de Dios, llenándola de confianza y propósito.
Estos testimonios reflejan la profundidad y el impacto de los Ejercicios Espirituales en cada participante. En el silencio y la oración, tanto en Bogotá como en el Eje Cafetero, hombres y mujeres pudieron encontrar a Jesús, que es el Reino en persona, en sus corazones, experimentando una renovación espiritual que les recordó el amor infinito de Dios y el propósito de vivir como sus hijos e hijas amados.