«Una mezcla de formación, compañerismo y espiritualidad extraordinaria» Cursillo territorial de hombres.

Del 1 al 4 de noviembre, la Casa del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en Usaquén, Bogotá, fue el escenario del Cursillo territorial de hombres. Durante cuatro días, 32 participantes de Bogotá, Chía, Medellín, Rionegro, Bucaramanga y el Eje Cafetero se sumergieron en un programa de charlas, talleres y actividades de formación espiritual y de liderazgo donde la experiencia dejó huellas profundas en cada uno.

El cursillo fue liderado por Javier Vargas, laico consagrado del Regnum Christi proveniente de México, quien se destacó por su entrega y sensibilidad en cada intervención. Lo acompañaron los sacerdotes Néstor Fonseca LC, Hervé Pereylongue LC y Alfredo Hernández LC, además de Merce Madrigal, consagrada del Regnum Christi, quienes ofrecieron un apoyo invaluable en las charlas y en la celebración de los sacramentos.

Frutos del encuentro

Cada día del cursillo estuvo lleno de enseñanzas que resonaron en los corazones de los asistentes. Entre los mensajes más destacados, se promovió el esfuerzo por «dar la milla extra», el compromiso de «dar hasta que duela» y la intención de «salir al encuentro», enfatizando que la acción depende de cada uno. La santidad fue un tema central, percibiéndose no como algo distante sino como el fruto de hacer «de lo ordinario algo extraordinario».

Testimonios inspiradores

Para Jorge Andrés Morales, de Pereira, el cursillo fue «una mezcla de formación, compañerismo y espiritualidad extraordinaria». Según Morales, la temática de «liderazgo católico de impacto» fue un recorrido profundo en el desarrollo de competencias de liderazgo basado en la intelectualidad, el amor y la acción para trascender. En su opinión, fue «un llamado a la acción apostólica atendiendo el llamado de Jesús».

Por su parte, Jaime Andrés Ortega, de Chía, destacó cómo los mensajes transmitidos le llenaron de emoción y despertaron en él un fuego espiritual. «Sentí en muchas de las charlas que era el Espíritu Santo transmitiendo su mensaje a través de medios maravillosos».

Una llamada a la acción y a la santidad

Más que un evento formativo, el cursillo territorial de hombres fue una vivencia que renovó el compromiso de cada participante con la misión de ser líderes católicos en sus localidades y secciones. Los participantes regresaron a sus hogares con corazones encendidos, listos para vivir su fe en cada acto cotidiano y dispuestos a responder al llamado de Jesús con amor y entrega.

Participantes del cursillo territorial de hombres.

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