Viernes 19 de agosto de 2022 – «Un resumen existencial»

Iván A. Virgen, LC

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Gracias, Señor, por revelarme lo que es más importante, esto es la caridad hacia ti y hacia el prójimo. Que tu amor me haga corresponderte y entregarme a los demás como Tú te has entregado por mí.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús, y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?». Él le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser». Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante al primero: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En los tiempos de Jesús la secta de los fariseos y la secta de los saduceos estaban en riña. Ambos representaban el poder espiritual en Israel, pero mientras que unos pertenecían a la clase dominante y tenían lazos con el gobierno romano, los otros eran radicales en la aplicación de la fe y no aceptaban de manera alguna la dominación romana. Había una división profunda entre ellos, división que para condenar a Cristo tendrán una tregua, según dice el dicho: “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Pero en esta ocasión, los bandos se vuelcan un poco ya que después de que Jesús silenció a los saduceos uno de los fariseos se acerca a cuestionarlo. Dice el Evangelio que va para ponerlo a prueba. En pocas palabras quería saber si la doctrina de Jesús podía ser compatible con la de ellos y quizás así hacer una alianza con un rabí que se estaba haciendo muy popular.

Este fariseo no sabe que nos hizo un gran favor al ir y preguntar por el mandamiento más importante. De entre los miles de preceptos que llenaban la ley y la tradición judía, Jesús nos señala cuál es el núcleo de toda la revelación. El centro del mensaje cristiano es el amor a Dios y el amor al prójimo. Si hay que elegir una cosa entre todas, debemos abrazar y vivir hasta la muerte este precepto porque en él está el secreto de la plenitud humana, es decir, servir y alabar a Dios y entregarse al prójimo.

«Jesús establece dos fundamentos esenciales para los creyentes de todos los tiempos, dos fundamentos esenciales de nuestra vida. El primero es que la vida moral y religiosa no puede reducirse a una obediencia ansiosa y forzada. Hay gente que trata de cumplir los mandamientos de forma ansiosa o forzada, y Jesús nos hace entender que la vida moral y religiosa no puede reducirse a una obediencia ansiosa y forzada, sino que debe tener como principio el amor. El segundo fundamento es que el amor debe tender juntos e inseparablemente hacia Dios y hacia el prójimo. Esta es una de las principales novedades de la enseñanza de Jesús y nos hace entender que no es verdadero amor de Dios el que no se expresa en el amor al prójimo; y, de la misma manera, no es verdadero amor al prójimo el que no se deriva de la relación con Dios». (S.S. Francisco, Ángelus del 25 de octubre de 2020).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hacer un acto de servicio como muestra de mi amor al prójimo y a Dios.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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